
Letanías a la Virgen de la Liberación: Oración por la esperanza y la libertad
Nuestra Señora de la Liberación es una advocación mariana que nos recuerda el poder de María como intercesora para liberarnos de todas las cadenas que oprimen nuestra alma y nuestro corazón. La letanía a Nuestra Señora de la Liberación es una hermosa oración que eleva nuestra esperanza y nos ayuda a sentir la presencia cercana de una Madre que lucha por nuestra libertad espiritual y emocional.
Historia de Nuestra Señora de la Liberación
La advocación de Nuestra Señora de la Liberación tiene sus raíces en momentos de profunda necesidad. En diversas épocas y lugares, los fieles han invocado a la Virgen María como liberada, especialmente en tiempos de guerra, persecución o sufrimiento. Uno de los ejemplos más conocidos es su veneración durante conflictos bélicos en Europa, donde los creyentes se unían en oración para pedir su intercesión y protección.
Hoy en día, esta advocación se mantiene viva como un símbolo de esperanza para quienes buscan ser liberados de las cadenas del pecado, la opresión o el miedo. Las letanías dirigidas a Nuestra Señora de la Liberación son una expresión de fe que clama por su ayuda en los momentos más oscuros de nuestra vida.
El significado de la liberación en la fe cristiana.
La palabra «liberación» en el contexto de la fe cristiana tiene un significado profundo. No se trata solo de ser libres básicamente, sino de una liberación integral : espiritual, emocional y social. María, como Madre de todos nosotros, comprende nuestras luchas y actúa como mediadora para que su Hijo Jesús nos libere de aquello que nos ata.
Cuando rezamos la letanía a Nuestra Señora de la Liberación, invocamos su poder para romper las cadenas que nos impiden vivir plenamente en la gracia de Dios. Frases como «Nuestra Señora de la Liberación, libéranos del miedo , ruega por nosotros» o «Nuestra Señora de la Liberación, libéranos del pecado , ruega por nosotros» resuenan con fuerza en el corazón de quienes confiaron en su intercesión.
La letanía como herramienta de fe.
Rezar una letanía es más que una repetición de palabras; es un acto de confianza y entrega. Cada invocación en la letanía a Nuestra Señora de la Liberación es como un grito de esperanza que asciende al cielo. Por ejemplo:
- Nuestra Señora de la Liberación, luz en la oscuridad , ruega por nosotros.
- Nuestra Señora de la Liberación, refugio en el sufrimiento , ruega por nosotros.
- Nuestra Señora de la Liberación, mediadora de la paz , ruega por nosotros.
Estas invocaciones nos recuerdan que no estamos solos en nuestras luchas, sino que contamos con una Madre que intercede constantemente por nosotros.
Un símbolo de esperanza en el mundo actual.
En un mundo lleno de desafíos, donde tantas personas se sienten atrapadas por el estrés, la ansiedad o las injusticias, Nuestra Señora de la Liberación se presenta como un faro de esperanza. Su advocación nos anima a poner nuestras preocupaciones en manos de Dios, confiando en que ella intercede por nuestras necesidades más profundas.
Muchos fieles se encuentran en las letanías un momento de paz, donde pueden desahogar sus corazones y renovar su fe en el amor incondicional de María.
Cómo rezar las letanías a Nuestra Señora de la Liberación
Rezar esta letanía es un acto sencillo pero poderoso. Sigue estos pasos para hacerlo con devoción:
- Inicia con el Signo de la Cruz y un breve momento de silencio, ofreciendo a María tus intenciones.
- Recita cada invocación con fe, respondiendo «Ruega por nosotros».
- Haz una pausa entre grupos de invocaciones para reflexionar sobre lo que significan en tu vida.
- Concluye con una oración de agradecimiento o una petición especial.
Rezar con el corazón abierto y lleno de fe permitirá que estas palabras se conviertan en un medio para experimentar la gracia y el consuelo de María.
María, Madre de todos los necesitados
La advocación de Nuestra Señora de la Liberación nos recuerda que María está siempre cerca, especialmente de quienes más la necesitan. Ella es una madre que entiende nuestras luchas y que nos acompaña en cada paso del camino, guiándonos hacia la verdadera libertad que solo Dios puede ofrecer.
Nuestra guía hacia la libertad
Rezar la letanía a Nuestra Señora de la Liberación es un acto de fe que nos conecta con el amor maternal de María. En cada invocación, renovamos nuestra confianza en su capacidad para interceder por nosotros y liberar nuestras almas de lo que nos ataca.
Si estás enfrentando un momento difícil, recuerda que María está siempre dispuesta a escucharte. A través de las letanías, permite que ella guíe tus pasos hacia la libertad y la paz que solo Dios puede dar.

Letanía de Nuestra Señora de la Liberación:
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial
Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo
Ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo
Ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios
Ten piedad de nosotros
Santa María, Nuestra Señora de la Liberación
Ruega por nosotros
Santa María, Nuestra Señora de las Victorias
Ruega por nosotros
Santa María en quien reposó el poder del Altísimo
Ruega por nosotros
Santa María, más valiente que Ester y Judit
Ruega por nosotros
Santa María, cuyo HIJO aplasto la cabeza de Satanás
Ruega por nosotros
Mujer vestida de sol, invulnerable a los ataques de Satanás
Ruega por nosotros
Santa María, que nos proteges contra el dragón furioso
Ruega por nosotros
Santa María, Refugio de los pecadores
Ruega por nosotros
Santa María, Liberadora y salud de los enfermos
Ruega por nosotros
Santa María, Esperanza de los desesperados
Ruega por nosotros
Santa María, que proporcionaste a Isabel una feliz liberación
Ruega por nosotros
Santa María, protectora de las mujere encinta
Ruega por nosotros
Santa María, buena liberación de las mujeres que trabajan
Ruega por nosotros
Santa María, Consoladora de los niños abortados.
Ruega por nosotros
Del poder y de las tentaciones de Satanás
Virgen María, libéranos
De las seducción de los ídolos y de las falsas doctrinas
Virgen María, libéranos
De las posesiones demoniacas
Virgen María, libéranos
De los embustes perniciosos del espíritu de las tinieblas
Virgen María, libéranos
De los ataques de brujos y maestros ocultos
Virgen María, libéranos
De los pactos diabólicos que nos hacen esclavos de Satanás
Virgen María, libéranos
De la idolatría, del espiritismo y del satanismo
Virgen María, libéranos
De las sectas, brujerías y sociedades secretas
Virgen María, libéranos
De las trampas de la adivinación y de las falsas predicciones
Virgen María, libéranos
De las falsas visiones y de los sueños engañosos
Virgen María, libéranos
De toda maldición
Virgen María, libéranos
De embrujos, sortilegios y maleficios
Virgen María, libéranos
Del espíritu de muerte que imulsa al suicidio y al homicidio
Virgen María, libéranos
De las enfermedades provocadas por sortilegios
Virgen María, libéranos
De las plagas devastadoras
Virgen María, libéranos
Del hambre, de la violencia y de la guerra
Virgen María, libéranos
De los accidentes mortales
Virgen María, libéranos
De las enfermedades contagiosas
Virgen María, libéranos
De la esterilidad de origen maléfico
Virgen María, libéranos
De toda Amenaza contra los niños en el seno materno
Virgen María, libéranos
De alumbramientos difíciles
Virgen María, libéranos
De los traumatismos de nuestra infancia
Virgen María, libéranos
De las perversiones de las que son víctimas los niños
Virgen María, libéranos
De las angustias del alma y de los males del cuerpo
Virgen María, libéranos
De las ataduras genealógicas que afectan a los vivos
Virgen María, libéranos
De las desapariciones misteriosas de parientes próximos
Virgen María, libéranos
De los bloques de la vida sentimental y de nuestras facultades mentales
Virgen María, libéranos
De los estragos que causa la impiedad
Virgen María, libéranos
De los avances del descreímiento y de la civilización de la muerte
Virgen María, libéranos
De la tentación contra la fe
Virgen María, libéranos
De las comuniones indignas y sacrílegas
Virgen María, libéranos
De la desesperanza y del desánimo
Virgen María, libéranos
Del espíritu de miedo que mata la fe en DIOS
Virgen María, libéranos
De la tibieza en el servicio a DIOS
Virgen María, libéranos
Del espíritu de orgullo y de dominio
Virgen María, libéranos
Del endurecimiento en el pecado
Virgen María, libéranos
Del pecado contra el ESPÍRITU SANTO
Virgen María, libéranos
Del no querer perdonar a nuestros enemigos
Virgen María, libéranos
De los pensamientos de odio y de los pensamientos impuros
Virgen María, libéranos
De los embustes del demonio a la hora de la muerte
Virgen María, libéranos
De los sufrimientos del Purgatorio
Virgen María, libéranos
De la condenación eterna
Virgen María, libéranos
Cordero de DIOS que quitas el pecado del mundo
Perdónanos, SEÑOR
Cordero de DIOS, que quitas el pecado del mundo
Escúchanos, SEÑOR
Cordero de DIOS que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros, SEÑOR
CRISTO, vencedor de la muerte
Escúchanos
CRISTO, vencedor de Satanás
Atiende nuestras súplica
ESPÍRITU SANTO, el liberador
Escúchanos
ESPÍRITU SANTO, el consolador
Atiende nuestra súplica
DIOS, PADRE Todopoderoso
Escúchanos
DIOS, PADRE Todopoderoso
Libéranos del Maligno
Oh María, sin pecado concebida,
Ruega por nosotros que recurrimos a ti
Ruega por nosotros, Nuestra Señora de la Liberación
Para que seamos liberados de todas nuestras tribulaciones
Oremos
Te alabamos, oh DIOS, por tu amor, tu misericordia y tu poder, por la victoria de la Sangre del Cordero, tu HIJO Nuestro SEÑOR JESUCRISTO. Te alabamos por nuestra Madre, la Virgen María. Concede a todos los que se refugian bajo su maternal protección, la liberación de los males que les afligen, líbrales del poder de las tinieblas par que vivan en la libertad de los hijos de DIOS, en el cortejo triunfal de CRISTO Resucitado.
Amén.
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