
Una oración de fe y esperanza en la «Reina de la Integración»
La Virgen de Urkupiña, venerada en Quillacollo, Bolivia, es un símbolo de fe, esperanza y unidad. Su advocación tiene raíces profundas en la historia y espiritualidad del pueblo boliviano, inspirando a los fieles a confiar en su amor maternal y buscar su intercesión en tiempos de necesidad. Las Letanías a la Virgen de Urkupiña son una expresión única de esta devoción, que combina la tradición católica con la riqueza cultural andina, haciendo de esta oración un puente entre la tierra y el cielo.
La Virgen de Urkupiña: Madre de los Milagros
La devoción a la Virgen de Urkupiña nació en el siglo XVII en Quillacollo, cerca de Cochabamba, Bolivia. Según la tradición, la Virgen se apareció a una humilde pastora indígena en el cerro de Cota, atrayendo a numerosos fieles con su mensaje de amor y consuelo. Su nombre, «Urkupiña», deriva de la expresión en quechua “Ork’hopiña” , que significa «ya está en el cerro», en referencia a la presencia de la Virgen en ese lugar sagrado.
Conocida como la «Patrona de la Integración», la Virgen de Urkupiña es un símbolo de unidad entre diferentes culturas, generaciones y naciones. Sus letanías reflejan este espíritu, alabándola como «Madre de los humildes», «Reina de la integración» y «Consuelo de los corazones atribulados». Estas invocaciones son un eco de la confianza que los fieles depositan en ella como intercesora poderosa.
El poder espiritual de las Letanías a la Virgen de Urkupiña
Las letanías son una oración cargada de simbolismo y profundidad espiritual. En el caso de la Virgen de Urkupiña, cada título que se le atribuye nos invita a contemplar diferentes aspectos de su amor y su cercanía con el pueblo. Por ejemplo, al llamarla «Estrella del cerro sagrado», recordamos su presencia luminosa y protectora. Al invocarla como «Madre del peregrino», reconocemos su cuidado hacia quienes buscan su ayuda.
Estas letanías también reflejan la conexión entre lo terrenal y lo celestial, un rasgo distintivo de la devoción a la Virgen de Urkupiña. Rezar estas letanías nos ayuda a abrir nuestro corazón, a confiar en su intercesión ya pedir su guía en nuestra vida diaria.
Cómo rezar las Letanías a la Virgen de Urkupiña
Las Letanías a la Virgen de Urkupiña se rezan con frecuencia durante la famosa festividad que lleva su nombre, celebrada cada agosto en Quillacollo. Esta festividad, conocida como «la Fiesta de la Integración Nacional», reúne a millas de peregrinos que llegan para agradecer milagros, pedir favores y renovar su fe.
Las letanías pueden rezarse durante la procesión, como parte de una novena, o en momentos de oración personal. Cada invocación, seguida de la respuesta «Ruega por nosotros», fortalece nuestra relación con María y nos anima a confiar plenamente en su intercesión.
El mensaje de las letanías en nuestra vida diaria.
Más allá de ser una oración, las letanías a la Virgen de Urkupiña son un recordatorio de cómo María puede ser una guía y un consuelo en nuestra vida. Si enfrentamos dificultades económicas, podemos pedirle su ayuda como «Madre de la Providencia». Si estamos buscando reconciliación en nuestras relaciones, podemos invocarla como «Reina de la Paz». Cada título que se le atribuye en estas letanías es una puerta abierta para que María actúe en nuestra vida.
Una advocación que trasciende fronteras
Aunque la Virgen de Urkupiña tiene su origen en Bolivia, su devoción ha traspasado las fronteras, llegando a otros países de América Latina y comunidades bolivianas en todo el mundo. Su mensaje de esperanza, integración y amor maternal resuena entre los fieles, recordándonos que María es madre de todos, sin importar nuestras diferencias.
Rezar las letanías a la Virgen de Urkupiña es una manera de conectar con esta advocación mariana universal, elevando nuestras voces junto con las de millas de fieles que comparten nuestra fe.
Una oración de unidad y confianza
Las Letanías a la Virgen de Urkupiña son una oración que une corazones y renueva la fe. En cada invocación, encontramos un mensaje de esperanza, un recordatorio de que no estamos solos en nuestras luchas y una invitación a confiar plenamente en la intercesión de María.
Que al rezar estas letanías, la Virgen de Urkupiña, nuestra Madre del Cerro Sagrado, ilumina tu camino, te consuele en tus penas y te guía hacia el amor y la paz de su Hijo, Jesús.

Letanía a la Virgen de Urkupiña:
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial
Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo
Ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo
Ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios
Ten piedad de nosotros
Virgen de Urkupiña
Ruega por nosotros
Madre amorosa
Ruega por nosotros
Madre de la misericordia
Ruega por nosotros
Refugio de los pobres
Ruega por nosotros
Estrella de la esperanza
Ruega por nosotros
Madre de la fe
Ruega por nosotros
Madre de los necesitados
Ruega por nosotros
Madre de los humildes
Ruega por nosotros
Madre que escucha nuestras súplicas
Ruega por nosotros
Virgen protectora
Ruega por nosotros
Refugio de los afligidos
Ruega por nosotros
Consuelo de los pobres
Ruega por nosotros
Madre que nos alientas a la fe
Ruega por nosotros
Madre de Urkupiña
Ruega por nosotros
Virgen que nos guía
Ruega por nosotros
Madre que sanas nuestras heridas
Ruega por nosotros
Virgen que nos das paz
Ruega por nosotros
Estrella que nos ilumina
Ruega por nosotros
De la desesperación
Líbranos Señora
De la indiferencia
Líbranos Señora
De la tentación
Líbranos Señora
De la tristeza sin esperanza
Líbranos Señora
De todo mal
Líbranos Señora
Por tu aparición en Urkupiña
Te rogamos escúchanos
Por tus milagros a tu pueblo fiel
Te rogamos escúchanos
Por el consuelo que das a los que sufren
Te rogamos escúchanos
Por tu intercesión ante el Padre
Te rogamos escúchanos
Por tu amor maternal
Te rogamos escúchanos
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Escúchanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros
Oremos
Oh Virgen de Urkupiña, madre llena de amor y misericordia, intercede por nosotros ante tu Hijo, para que alcancemos las bendiciones que necesitamos en nuestra vida. Concede consuelo a los que sufren y esperanza a los que han perdido la fe. A ti nos encomendamos, confiando en tu intercesión.
Amén.
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