
Las Letanías a la Virgen de los Desamparados: Consuelo y Refugio
Las Letanías a la Virgen de los Desamparados son un canto de fe y confianza en la Madre de Dios como protectora de quienes más lo necesitan. Esta advocación, especialmente venerada en Valencia, España, y en muchos lugares de América Latina, nos recuerda que María está siempre atenta al clamor de sus hijos que buscan consuelo y fortaleza en momentos de dificultad.
Devoción a la Virgen de los Desamparados
La devoción a la Virgen de los Desamparados tiene sus raíces en el siglo XV, cuando un sacerdote valenciano, pidiendo auxilio para los enfermos y marginados, impulsó la construcción de un hospital bajo la protección de María. Poco después, la imagen de la Virgen se convirtió en un símbolo de amparo para los necesitados, ganándose el título de “Madre de los Desamparados”.
Las Letanías a esta advocación fueron creadas como una forma de expresar la confianza en su intercesión maternal y para unir a los fieles en una oración profunda. Estas letanías han acompañado a generaciones de creyentes que han encontrado en María un refugio seguro.
La estructura de las Letanías
Estas letanías se componen de alabanzas que destacan los aspectos de María como madre protectora y refugio de los desvalidos. Cada frase refleja el amor y la cercanía de María hacia los fieles, generando un ambiente de fe y esperanza.
En lugar de una simple recitación, estas letanías invitan a los creyentes a reflexionar sobre cómo María está presente en sus vidas y cómo puede ayudarlos a superar los momentos de dificultad.
La Virgen de los Desamparados en la vida de los fieles
La Virgen de los Desamparados es un faro de esperanza para quienes enfrentan situaciones de dolor, pobreza o abandono. Su imagen, con el niño Jesús en brazos y una ligera inclinación hacia adelante, simboliza su disposición a acercarse a los que claman por su auxilio.
En Valencia, cada segundo domingo de mayo, miles de personas participan en una procesión dedicada a la Virgen, demostrando su profunda devoción. Estas celebraciones no solo reflejan la importancia de María en la vida espiritual de los creyentes, sino que también fortalecen la comunidad de fe.
Cómo rezar las Letanías a la Virgen de los Desamparados
Para rezar estas letanías, es importante encontrar un momento de tranquilidad, ya sea en soledad o en comunidad. Se puede iniciar con un acto de contrición, pidiendo a la Virgen su intercesión y protección.
Es fundamental meditar en cada alabanza otorgada a María y en su significado en la vida diaria. Esta oración nos ayuda a recordar que María siempre está dispuesta a escuchar y ofrecer su amor maternal.
Una invitación a confiar en la Virgen de los Desamparados
La Virgen de los Desamparados es una madre que nunca abandona a sus hijos, especialmente en los momentos más difíciles. Rezar estas letanías es un acto de entrega y confianza en su amor y protección.
Te animo a que tomes unos minutos cada día para recitar estas letanías con devoción. Permite que María te acompañe en tus luchas y te guíe hacia la paz interior. Al levantar tu corazón en oración, sentirás su consuelo y su mano maternal que te sostiene. No dudes en buscar su ayuda y compartir con otros la riqueza de esta devoción.

Letanía a la Virgen de los Desamparados:
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial
Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo
Ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo
Ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios
Ten piedad de nosotros
Santa María Madre de los Desamparados
Ruega por nosotros
Virgen fiel y compasiva
Ruega por nosotros
Refugio de los pobres y abandonados
Ruega por nosotros
Consuelo de los afligidos y solitarios
Ruega por nosotros
Amparo de los que sufren en cuerpo y alma
Ruega por nosotros
Madre protectora de los enfermos y débiles
Ruega por nosotros
Esperanza de los que han perdido todo
Ruega por nosotros
Defensora de los oprimidos y marginados
Ruega por nosotros
Luz en la oscuridad de los corazones heridos
Ruega por nosotros
Consuelo en el dolor de los que lloran
Ruega por nosotros
Madre de infinita misericordia
Ruega por nosotros
Reina de la caridad y el amor
Ruega por nosotros
Madre que nunca abandona a sus hijos
Ruega por nosotros
Guía de los corazones hacia la paz
Ruega por nosotros
Estrella que ilumina los caminos de la esperanza
Ruega por nosotros
Señora de los humildes y necesitados
Ruega por nosotros
Defensora de los desvalidos y perseguidos
Ruega por nosotros
Madre que protege a los huérfanos y ancianos
Ruega por nosotros
Reina del amor y la ternura
Ruega por nosotros
Virgen que acoge a todos con su corazón maternal
Ruega por nosotros
De la desesperanza y el abandono
Líbranos Señora
De la soledad y el olvido
Líbranos Señora
De la injusticia y el sufrimiento
Líbranos Señora
De las cadenas del pecado y la culpa
Líbranos Señora
De todo mal que nos aparta de Dios
Líbranos Señora
Por tu amor a los más necesitados
Te rogamos escúchanos
Por el consuelo que das a los desamparados
Te rogamos escúchanos
Por las bendiciones que derramas sobre los corazones afligidos
Te rogamos escúchanos
Por la esperanza que inspira en los que sufren
Te rogamos escúchanos
Por la fortaleza que das a los débiles
Te rogamos escúchanos
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros
Oremos
Oh Virgen de los Desamparados, Madre compasiva y llena de amor, que nunca abandonas a quienes te necesitan, acoge nuestras súplicas y ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo. Que en tu amor maternal encontramos refugio y consuelo, y que bajo tu protección alcanzamos la paz y la salvación eterna.
Amén.
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