
Letanías para pedir Posada: un acto de fe y esperanza
Las Letanías para pedir Posada son una tradicional oración que se reza especialmente durante la temporada de Navidad. Esta hermosa costumbre nos invita a unirnos en la súplica humilde de los peregrinos, recordando el momento en que José y María, buscando un lugar para el nacimiento de Jesús, tocaron puertas sin encontrar acogida. A través de estas Letanías, pedimos posada en los corazones de los creyentes y, a la vez, hacemos un acto de solidaridad con aquellos que, en este tiempo, también buscan un refugio.
El significado de pedir Posada
La oración de las Letanías para pedir Posada está vinculada a la historia del nacimiento de Jesús, quien al llegar a la Tierra no encontró un lugar digno donde nacer. Este evento refleja la humildad de Cristo, quien eligió un pesebre como lugar para llegar a nosotros. Al rezar estas Letanías, nos unimos al corazón de los peregrinos, sintiendo en carne propia lo que es buscar acogida en un mundo que a menudo parece cerrado y frío.
Esta oración también simboliza la necesidad espiritual que todos tenemos de ser acogidos por Cristo en nuestras vidas. Así como José y María pidieron posada, nosotros pedimos ser recibidos por el amor de Dios y ofrecer a los demás ese mismo refugio. Las Letanías se convierten, por lo tanto, en una petición de misericordia y compasión, tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás, especialmente aquellos que más sufren.
La tradición de rezar las Letanías para pedir Posada
Las Letanías para pedir Posada son una parte fundamental de las tradiciones navideñas en muchos países de Latinoamérica y algunas regiones de España. Durante las celebraciones de la Navidad, es común que familias, amigos y comunidades se reúnan para hacer esta oración como parte de las Posadas. Las Posadas son una serie de representaciones que reviven el viaje de María y José, pidiendo alojamiento en Belén.
En estas celebraciones, se realiza una especie de procesión en la que se van tocando puertas y se entonan las Letanías, pidiendo posada en cada una de ellas. Los participantes, al principio de la oración, piden la acogida, pero al final, celebran la entrada de Jesús, recibiéndolo en el hogar con alegría. Este acto simbólico representa no solo la acogida de Jesús en el pesebre, sino también el llamado a abrir nuestros corazones al niño Dios, especialmente en esta temporada de paz y solidaridad.
Las Letanías para pedir Posada se convierten en una oración viva que refleja la espera del nacimiento de Cristo, pero también el deseo de compartir ese amor y esperanza con aquellos que están en situaciones difíciles, como los marginados, los pobres y los que carecen de un lugar donde vivir.
La estructura de las Letanías para pedir Posada
Las Letanías suelen ser una serie de invocaciones en las que se alternan respuestas entre quienes piden posada y quienes representan las personas que pueden abrir las puertas. Cada invocación expresa una necesidad o una súplica, mientras que la respuesta es siempre una invitación a entrar, a ser acogidos. Algunas de las invocaciones más comunes son:
- «En nombre del cielo, os pido posada.»
- «¿Qué tal esta noche, hermanos?»
- «¿No hay posada para esta familia?»
Las respuestas, a su vez, van intercalando el tema de la acogida y la aceptación, respondiendo a las invocaciones con palabras llenas de compasión y hospitalidad. Así, estas Letanías no solo son una oración, sino también una representación simbólica de lo que significa dar y recibir amor y acogida en el nombre de Jesús.
La dimensión espiritual de pedir Posada
Más allá de la representación festiva, las Letanías para pedir Posada tienen una profunda dimensión espiritual. Nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia disposición para acoger al Niño Jesús en nuestras vidas y corazones. Al rezar estas Letanías, pedimos no solo un lugar físico, sino un espacio de amor y gracia donde Cristo pueda nacer nuevamente, renovando nuestro ser interior.
Además, estas Letanías nos recuerdan que no debemos ser indiferentes ante aquellos que buscan refugio. Como Cristo vino a nosotros en la pobreza y humildad, nosotros también estamos llamados a abrir nuestras puertas y corazones a los más necesitados, imitando su generosidad y compasión.
Conclusión: un acto de bienvenida y solidaridad
Las Letanías para pedir Posada son una hermosa tradición que no solo conmemora el viaje de María y José, sino que también nos invita a vivir una vida de acogida, generosidad y compasión. Al rezar estas Letanías, abrimos nuestros corazones a la venida de Cristo, recordando que Él es la verdadera Posada, el refugio en quien encontramos paz y salvación. Que, en esta Navidad, nuestras puertas se abran no solo a un niño en el pesebre, sino también a todos aquellos que necesitan un lugar donde encontrar amor y esperanza.

Letanía para pedir Posada:
Afuera:
En el nombre del cielo
os pido posada,
pues no puede andar
mi esposa amada.
Adentro:
Aquí no es mesón
sigan adelante
yo no debo abrir
no sea algún tunante.
Afuera:
No seas inhumano
tennos caridad,
que el Dios de los cielos
te lo premiará.
Adentro:
Ya se pueden ir
y no molestar,
porque si me enfado
os voy a apalear.
Afuera:
Venimos rendidos
desde Nazareth
Yo soy carpintero
de nombre José.
Adentro:
No me importa el nombre,
déjenme dormir,
pues que yo les digo
que no hemos de abrir.
Afuera:
Posada te pide
amado casero,
por sólo una noche
la reina del cielo.
Adentro:
Pues si es una reina
quien lo solicita
¿cómo es que de noche
anda tan solita?
Afuera:
Mi esposa es María
es reina del cielo,
y madre va ser
del Divino Verbo.
Adentro:
¿Eres tú José?
¿Tu esposa es María?
Entren, peregrinos,
no los conocía.
Afuera:
Dios pague señores
vuestra caridad,
y que os colme el cielo
de felicidad.
Todos:
¡Dichosa la casa
que alberga este día
a la Virgen pura,
la hermosa María!
Al abrirse las puertas todos cantan:
Entren santos peregrinos, peregrinos,
reciban este rincón
que aunque es pobre la morada, la morada,
os la doy de corazón.
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